
La Unión Europea (UE) se encuentra en una situación de declive institucional, totalmente supeditada a las políticas dictadas por Berlín. “Que pierda miembros no entra dentro de los planes”.
Esta es la advertencia que lanzó ayer el expresidente de la Comisión Europea (CE) y ex primer ministro de Italia, Romano Prodi, en el campus de Barcelona. Prodi fue el ponente principal de un acto que coorganizó la Cámara Italiana de Comercio, y a la que asistieron altos mandos, entre ellos el alcalde de Barcelona, Xavier Trias. Malos tiempos para la lírica europea –y para su influencia económica– en el mundo, asegura Prodi. El plan Juncker por sí solo no resulta suficiente para reactivar el crecimiento. La salud económica, empresarial y política de Europa dependerá de que se creen lazos más estrechos y más profundos. Unos lazos que solo un “proyecto europeo” integrado puede proporcionar.
Francia, Italia y España deberían trabajar a la par para preservar sus intereses comunes, y para crear un contrapoder a la gran influencia política y económica que actualmente ejerce Alemania, defendió el veterano político.
“Hemos perdido el rumbo”
Mucho ha cambiado Europa desde 1978, el año en que Romano Prodi fue nombrado ministro italiano de Industria.
Desde esa fecha, la UE ha cambiado tanto —con su expansión hacia el Este, reforzando sus lazos en común, y adoptando una moneda única— que apenas la reconocemos, recordó. Gran parte de todo ello sucedió durante la presidencia de Prodi en la Comisión. Él cree que el proyecto europeo “ha perdido el rumbo” en los últimos años.
Mirando hacia Berlín, no hacia Bruselas
“A China le interesa hablar con los países europeos, pero no con la UE”, reflexionó.
El declive europeo en tanto que entidad económica y política integrada es algo que Prodi atribuye a las “placas tectónicas cambiantes del poder político en el seno de la institución”.
En su día, la UE era lo que Prodi describió como una “unión de minorías”, con una reconocible base franco germana, pero sin un único país dominante. El Reino Unido también ejercía una influencia importante en toda la organización, con su “hábil, aunque en ocasiones opaca, diplomacia”.
Todo ello creaba un “equilibrio de fuerzas” que permitía preservar cierto grado de pluralidad en Europa. Pero esos tiempos han cambiado.
“Ahora, todos vuelven la vista hacia Berlín, no hacia Bruselas”, dijo señalando el “creciente peso” que se otorga a las declaraciones del Bundesbank en comparación con las decisiones que toma el Banco Central Europeo.
Mientras, el gobierno del Reino Unido ha prometido un referéndum sobre la permanencia del país en la UE si sale reelegido en las elecciones de este año; y la sombra de la salida de Grecia de la Unión planea cada día con más fuerza.
La antes “impensable” idea de ruptura de la unión está ahora en boca de todos, a pesar de que esto vaya en detrimento de los intereses de todos.
Lazos más estrechos en Europa
La influencia que Europa ejerce sobre el mundo se está reduciendo. Y eso a pesar de que sigue siendo el principal productor y exportador industrial del mundo, afirma Prodi.
Se pueden encontrar ejemplos de la desintegración de la unidad europea, razona Prodi, en la reacción mundial a la actual crisis en Ucrania, “liderada por Estados Unidos y Alemania”. Si existiese igualdad de condiciones, dijo, “la respuesta dominante” a la situación ucraniana tendría que haber sido “europea”.
El ex primer ministro italiano apuesta por crear “lazos más estrechos en Europa” que refuercen el crecimiento económico y el mundo empresarial. Para Prodi, si se pudiese “armonizar mejor” el mercado energético común, Europa podría convertirse en un actor con más peso en la exportación de energía global.
Una Europa más coordinada también estaría mejor preparada para lidiar con las crisis financieras, aventuró, sugiriendo que las miserias financieras en Grecia se podrían haber resuelto de forma más rápida y más barata, por menos de 40.000 millones de euros. La falta de acuerdo ha hecho que, en tres meses, esta cifra se haya disparado sin control hasta los 300.000 millones de euros… y seguimos sumando.
En su opinión, la idea de que Grecia salga de la Unión no tiene cabida. A ningún país le interesa abandonar el club, ya que el que lo haga se quedaría solo ante el peligro que suponen los competidores de los países emergentes como China, Rusia y Brasil.
Francia, Italia y España: un contrapoder para Berlín
A pesar de todo, Prodi es optimista. Ve el actual declive como parte de las fluctuaciones de la política europea. El “proyecto de Europa es un proyecto intergeneracional y a largo plazo”, declaró.
Pero tambiex rtencia que lanzó ayer el ex ntereses de todos.én ve oportunidades a corto plazo para el crecimiento económico de la Eurozona gracias al petróleo barato, la expansión cuantitativa y la actual fortaleza del dólar con respecto al euro.“Gracias a todo ello, el crecimiento podría prolongarse un par de años más”, aventuró.
Más a largo plazo, Prodi considera que Francia, Italia y España deberían reforzar sus lazos y hablar a una sola voz en Europa, creando un contrapoder a lo que él considera una situación de dominación política y económica por parte de Alemania.
Insistió también en que debemos ganarnos la confianza de las nuevas generaciones de europeos. La integración europea, dijo, ha de ser “relevante” para los jóvenes si quiere perdurar y mantener su largo alcance.
“Yo creo que tratar de arreglar Europa y devolverle su lugar en el mundo es esencial. Europa ya no es un ‘sueño’. Es una necesidad”.
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