
Hace apenas dos años, Iberia atravesaba la situación financiera más delicada de sus casi nueve décadas de historia. La aerolínea perdía un millón de euros al día debido a una combinación de factores que ponían en riesgo su supervivencia. Doce meses después, había reducido sus pérdidas a la mitad y en 2014, por primera vez en muchos años, la compañía dejaba atrás los números rojos.
Uno de los artífices de esta revolución es Luis Gallego (PDD ‘05), un ingeniero de formación que se ha hecho ejecutivo siempre a la sombra de un avión. Después de ocupar diversas responsabilidades en Aviaco, Air Nostrum, Clickair y Vueling, pasó a Iberia, donde en 2013 fue designado CEO.
Sacrificios con recompensa
Gallego ha pilotado en dos años la reconversión de la aerolínea, un proceso cuajado de dificultades con una radical reducción de costes, incluido un 14% de recorte de masa salarial que ha evitado la muerte de la compañía. "Es muy difícil cambiar la cultura de una empresa, y eso sólo puede conseguirse si las personas que la integran se sienten partícipes del proyecto", afirmó Gallego ante los alumnos del Executive MBA.
Esta implicación por parte de todo el colectivo de Iberia a favor de la estabilidad es uno de los puntos que más enorgullecen al primer ejecutivo de la aerolínea. "El escenario era dramático, pero todos los trabajadores asumieron unos sacrificios muy duros que nos garantizan el futuro", expuso.
Gallego predicó con el ejemplo. Una de sus primeras medidas fue reducir a la mitad la estructura directiva. Había que impulsar los cambios cuanto antes para devolver a Iberia el liderazgo perdido, y adaptarla a los nuevos tiempos. Para ello, aprovechó el talento interno y lo reforzó con el fichaje de algún nuevo directivo.
El plan impulsado por el presidente de Iberia ya ha comenzado a dar sus frutos. La compañía ha renovado la imagen de marca, ocupa una sede más moderna, ha pactado nuevos convenios, está en pleno proceso de renovación de flota, ha flexibilizado su estructura laboral y ha mejorado su posición competitiva recuperando nuevas rutas de vuelo.
Centrarse en el presente
Para Gallego, uno de los ingredientes imprescindibles para el éxito profesional es "el trabajo". "Parece una obviedad, pero es así. Hay que trabajar mucho y estar en el lugar adecuado cuando surgen las oportunidades", afirmó. Pero hay más componentes, como la honestidad, la excelencia, la concentración y el saber dar ejemplo. "En la vida y en el trabajo es importante estar centrado siempre en lo que uno hace en el presente, y no obsesionarse con el futuro", concluyó Gallego.