
Contra la imagen de países periféricos y dependientes energéticamente, España y Portugal pueden ser una alternativa real al suministro de gas en Europa. "La península Ibérica se puede convertir en una plataforma para inyectar gas al resto del continente", sostiene convencido el CEO de Enagás, Marcelino Oreja. Sus palabras cobran mayor sentido tras la reciente crisis rusa, "toda una oportunidad", asegura, para los intereses españoles. Esta fue una de las cuestiones que se trataron en el Encuentro de Empresarios España-Portugal, organizado por la Agrupación de Antiguos Alumnos del IESE.
En la sesión se abordó la proyección global de la comunidad ibérica de negocios de la energía, mediante el estudio de los casos de la compañía española Enagás, y de la portuguesa EDP. En opinión de Oreja, la energía a nivel global, y el sector del gas en particular, viven una de sus mejores épocas, gracias al mayor acceso de la población. Este directivo destacó la revolución que va a suponer el shale gas a medio plazo para Europa, después de los efectos de abaratamiento y competitividad que ha tenido este tipo de extracciones en EEUU.
Oreja también desgranó la hoja de ruta de su compañía, que pasa por la expansión de Enagás a través de mercados en crecimiento como México, Chile o Perú para convertirse en la compañía líder en el sector. "La actual situación mundial supone una enorme oportunidad para el mercado gasístico", reiteró. En este punto, apeló a la colaboración de Francia para facilitar las interconexiones con Iberia, que resultan imprescindibles para avanzar en el mercado único de la energía.
La crisis de la electricidad
Mientras, el CEO de EDP, Antonio Mexía, lamentó las dificultades y la incertidumbre que el sector de la electricidad padece en los últimos años, sobre todo tras el estallido de la crisis económica. "Con los actuales precios de mercado, hoy no hay ninguna tecnología que sea rentable", se lamentó el ejecutivo luso. Mexía aseguró que la teoría del precio marginal no funciona en el sector eléctrico, "el que más valor ha perdido en Bolsa", dijo, "por encima del sector financiero".
El máximo directivo de EDP reconoció que, en un entorno con un marco regulatorio tan cambiante como el actual, lo mejor para las compañías eléctricas es "diversificar su estrategia por varios países" y "saber anticiparse al riesgo". "Por primera vez en Europa desde hace décadas, hay una creación de mayor exceso de capacidad instalada, lo cual supone un cambio radical en el sector", apuntó. A esto se suma la adopción de unas políticas energéticas basadas en mixes energéticos "no equilibrados", y que redundan en la sostenibilidad del sistema eléctrico. Mexía calificó la reciente reforma del sector aprobada por el Gobierno español de precipitada. "Debería ser más gradual y equilibrada", concluyó.
Por su parte, el profesor del IESE Juan Luis López Cardenete manifestó que en la actualidad, la energía "es un input esencial para asegurar la prosperidad de la UE", y destacó "la importancia estratégica" que ha adquirido en los últimos años.
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