
Desempleo, productividad, contrataciones, negociación colectiva, reforma laboral… Todas estas cuestiones se analizaron en la sesión del Programa de Continuidad "Reconstruyendo el mercado de trabajo", que se celebró el 17 de junio en el campus del IESE en Madrid.
La sesión, organizada por la Agrupación de Antiguos Alumnos del IESE, formó parte del Ciclo Economía y Sociedad. El profesor del IESE Rolf Campos moderó la ponencia, que abordó las posibilidades de reconstruir el mercado de trabajo español.
El profesor Juan José Toribio lamentó las "rigideces" que constriñen al mercado laboral en España, y que inciden de manera directa sobre la alta tasa de desempleo. Estas rigideces son, según el profesor Toribio, la existencia de un salario mínimo interprofesional, la negociación colectiva, las presiones sindicales o los acuerdos restrictivos a nivel empresa, entre otras. "Hemos avanzado poco en las reformas", afirmó el profesor, quien insistió en que España no supo ajustarse cuando era debido y ahora está pagando las consecuencias.
Un lujo de ricos
En su opinión, el paro "es un lujo que solo pueden permitirse las sociedades ricas", en el sentido en que solo los países ricos pueden indemnizar a quienes han perdido su empleo. Juan José Toribio denunció la cultura del miedo a la judicialización de las relaciones laborales que existe en España, y abogó por la flexibilización del mercado de trabajo como solución indispensable para crear empleo y reducir el número de parados. Aprovechó, además, para derribar algunos mitos, como el de que la tecnología es un factor que aumenta el desempleo. "Todo lo que podamos avanzar hacia la retirada de las restricciones que suponen seis millones de parados es positivo", concluyó.
Por su parte, el profesor Sandalio Gómez analizó la última reforma laboral aprobada por el Gobierno el año pasado. "Es una reforma profunda, importante, la mejor desde 1994, pero de efectos lentos. En estas circunstancias es muy difícil crear empleo, y solo podremos generarlo si hay una implicación de todos los actores sociales", reflexionó.
El profesor Gómez consideró imprescindible que se imponga un "cambio cultural" por parte de empresarios y trabajadores para que la reforma laboral dé sus frutos. En su opinión, resulta necesario que se avance en determinados aspectos de la nueva ley, como el impulso de los contratos a tiempo parcial y, sobre todo, de los contratos de formación y prácticas. "Es asombroso que en un país con más de un 50% de paro juvenil no crezca este tipo de contratos", dijo.
Durante su ponencia, el profesor lamentó el peso que la negociación colectiva aún tiene en el mercado laboral, y que lastra la posibilidad de ir más allá en las reformas. Pese a los avances, el profesor Sandalio Gómez dejó claro que "la reforma laboral no sirve para acabar con el desempleo", y apuntó algunas posibles recetas para ir más allá, como fomentar el apoyo a los emprendedores, más control sobre las prestaciones de desempleo y una posible supresión del salario mínimo.
Asimismo, dejó abierta la posibilidad, en el caso de despidos objetivos, a reducir la indemnización a 20 días por año con un tope de un año, así como la eliminación de la instancia judicial en la modificación de las condiciones laborales y los despidos, tanto individuales como colectivos.